Cómo evitar gastar de más al decorar tu casa.
- Julieta Lovera | Diseñadora de interiores
- 12 jul
- 4 Min. de lectura
Las decisiones más caras no siempre son las más obvias. Te cuento cómo lograr un espacio funcional y lindo en 4 pasos fáciles para que no cometas errores que te cuesten caro.
No es cuestión de gastar más, sino de elegir mejor.
Vamos a hablar de los siguientes temas y cómo hacerlo. Para que esto se entienda mejor, lo voy a poner con el ejemplo de Paula, a quién ayudé a transformar su living.

Paula tenía claro que quería renovar su living. Estaba dispuesta a invertir, había visto un sillón hermoso de diseño en Instagram y tenía cientos de imágenes guardadas en Pinterest. Pero había algo que la frenaba: el miedo a gastar mal.: ¿Y si no combina con el resto?”, “¿Y si no es cómodo?”, “¿Y si después me arrepiento?”. Como Paula, muchas personas están listas para transformar su casa, pero tienen terror a tomar malas decisiones que terminen saliendo caras, algo que es lógico y entendible.
Para evitar gastar mal el dinero, necesitas planificar y diseñar con intención y quiero aclarar que diseñar con intención no se trata de gastar menos o buscar lo mas barato del mercado (porque lo barato sale caro dice siempre mi abuela), sino se trata de hacerlo bien.
Para eso armé este artículo, para compartirte cómo trabajar de forma estratégica para lograr espacios que se vean bien, funcionen mejor y te representen al 100%, reduciendo el margen de error. Empecemos!
1. Todo empieza por el uso.
Antes de pensar en lo estético, preguntate: ¿Para qué quiero este espacio? ¿Qué necesito que me resuelva? Porque no es lo mismo diseñar un comedor donde recibís gente todos los fines de semana que uno donde comés sola frente al tele.
Tener claro el propósito te va a permitir tomar mejores decisiones de distribución, muebles y prioridades.

A Paula le pasaba que su living era “lindo” pero poco funcional. Tenía una mesa enorme, pensada para reuniones, pero en realidad ella vive sola. Entonces la reemplazamos por una mesa más chica, redonda y liviana, que liberó espacio y aportó fluidez.
A veces, una mesa más chica o mover el sofá puede cambiar por completo la sensación del lugar.
JULITIP: Hacé una lista con las 3 cosas que más usás o hacés en ese espacio. Eso te va a ayudar a definir por dónde empezar.
2. Invertí donde más lo vas a notar
Cuando ya decidiste invertir, el miedo más común no es “gastar”, sino malgastar. Lo que da miedo no es el precio, sino elegir mal.
Por eso, lo importante es que esa inversión tenga impacto real en tu vida cotidiana y en ese espacio
.
Invertí en las piezas que usás todos los días:
Un buen sillón si ves series o recibís visitas.
Una lámpara cálida si leés o trabajás en casa.
Sillas cómodas si comés ahí todos los días.
Paula tenía vista una alfombra espectacular. Era hermosa, pero implicaba resignar la inversión en un mueble de tv. Cuando analizamos juntas su rutina (ver series, leer, trabajar desde casa), decidió postergar el espejo y priorizar el mueble, ya que todos los dias mira tele. Nunca se arrepintió.

El impacto de esas elecciones es mucho mayor que una repisa trendy que no cumple función real.
JULITIP: Elegí 1 o 2 muebles clave por espacio y destiná ahí el mayor porcentaje del presupuesto. Lo demás puede ser más simple o ir sumándose con el tiempo.
3. Menos cosas, más intención
Un espacio lindo no es el que tiene más decoración, sino el que transmite armonía .Muchas veces, editar lo que ya tenés (quitar, mover, reordenar) puede hacer más por tu casa que salir a comprar algo nuevo.
En lugar de llenar el ambiente con objetos, priorizá:
Texturas que abracen.
Colores que transmitan calma.
Un punto focal claro (una obra, una lámpara, una alfombra).
4.El plan que evita errores (y gastos innecesarios)
Diseñar sin un plan es como comprar sin lista en el súper. Vas a terminar gastando más y sin resolver lo que de verdad importa.
Aunque sea simple, hacé un esquema:
Medí tu espacio.
Definí tu paleta.
Identificá qué muebles se quedan y cuáles se reemplazan.
Armá un tablero de inspiración (moodboard).
Paula tenía la costumbre de comprar por impulso. Cuando trabajamos su moodboard, se dio cuenta de que su espacio necesitaba más calma y coherencia visual. Ahí entendió que no todo lo lindo suma.
Recordatorio: un error de compra puede salir más caro que pagar por asesoramiento. Planificar es ahorrar.

Cuando tu casa se adapta a tu vida y se ve como te gusta, todo cambia. No se trata de tener “la casa perfecta”, sino una que te haga sentir bien. Y eso, créeme, no tiene que costarte una fortuna. Solo tiene que tener sentido.
Evitar gastar de más no es lo mismo que gastar poco. Es elegir bien. Es asegurarte de que tu espacio te represente, te funcione y te acompañe en el día a día.
Lo caro no es invertir en diseño.Lo caro es improvisar.
Si queres hacer ese cambio en tu casa, como Paula, acompañada de un profesional, te puedo ayudar. Diseño un espacio para vos y te ayudo a tomar decisiones alineadas con tu estilo de vida y a transformar tu casa en ese lugar donde querés estar. Podes contactarme por Instagram.